Si eres fumador y estás leyendo este artículo te felicito. Es un primer paso para dejar de fumar.

Lo primero que voy a decirte, y que tu sin duda ya sabrás, es que dejar de fumar no es fácil. Es cierto que hay algunas personas que lo dejan sin esfuerzo de la noche a la mañana pero, no nos engañemos, son excepciones.

La mayoría de las terapias para dejar de fumar ofrecen apoyo en los síntomas que conlleva fumar, pero si miras mucho más dentro de ti y buscas las causas y el beneficio psicológico o recompensa que te está dando fumar te será más fácil conseguirlo.

Si esto no fuera así y ya conociendo lo dañino que resulta le tabaco para la salud, ¿por qué sigues fumando?

Para explicarlo me voy a apoyar en el ciclo de construcción de los hábitos y en la PNL o Programación Neurolingüistica.

La PNL o Programación Neurolinguística es una metodología de autoconocimiento, comunicación y cambio. Surge a principios de los años 70 como consecuencia de la investigación a terapeutas que obtenían unos resultados fabulosos, rápidos y muy potentes en sus pacientes. La PNL se basa en una serie de presuposiciones o principios que nos ayudan a entender el comportamiento humano. No son verdades absolutas pero nos sirven para sacar el máximo partido de nuestros recursos y cambiar nuestro comportamiento para construir la vida que deseamos.

Una de estas presuposiciones de la PNL dice lo siguiente: Todo comportamiento tiene una intención positiva en su origen. Es decir, cada vez que enciendes un cigarro esperas obtener un beneficio. Si no fuera así no lo harías. Por tanto, el primer paso para dejar el fumar es hacer un examen de conciencia y analizar que te está aportando de positivo el tabaco. Si has leído bien: que beneficios estás obteniendo de él. Aunque tu primera reacción sea decir: ” ¡Nada!”,  lo cierto es que hay beneficios ocultos que son los que te hacen seguir fumando.

La nicotina es un alcaloide, sintetizado en las raíces de la planta y transportado a las hojas. Es uno de los compuestos químicos más adictivos que se conocen, superior a la heroína o la cocaína. La nicotina actúa sobre el cerebro causando efectos excitadores e inhibidores. Los primeros son producidos por la liberación de glucosa tras hidrólisis del glucógeno hepático y por la de adrenalina en las glándulas suprarrenales. En los efectos inhibidores genera calma y una reducción del apetito.

Los fumadores conocen de una forma  a menudo inconsciente estos efectos estimuladores y sedantes. Cuando quieren el efecto estimulante ­porque hay que tomar una decisión importante e inmediata, por ejemplo,­ dan muchas caladas cortas y rápidas. Eso genera niveles bajos de nicotina en sangre, estimula la transmisión nerviosa y el fumador siente que el cerebro está más ágil. Por el contrario, si quieren relajarse, dan caladas lentas y profundas, elevan el nivel de nicotina en sangre, se incrementan los efectos de la serotonina y los opiáceos cerebrales y se produce un efecto sedante. Por tanto, la nicotina es única puesto que tiene efectos estimulantes,  calmantes y analgésicos.

El segundo factor importante a tener en cuenta es el hábito. Si has fumado durante años habrás dado miles de caladas, habrás repetido una y otra vez este hábito que ya es consustancial a tu forma de vida, y de alguna forma refuerza el mecanismo de la adicción.

Para entenderlo vamos a ver como se forma un hábito y cómo se mantiene en el tiempo. Conocer como funciona el buche de alimentación de los hábitos puede ayudarte. Los hábitos son el resultado de repeticiones de conducta frecuente en situaciones similares. Es decir, ante una señal, llevamos a cabo un comportamiento y obtenemos una recompensa. Que un habito sea automático responde a una necesidad del cerebro de ahorrar energía y dedicarla a actividades más importantes.

señal + comportamiento + recompensa= hábito 

Un hábito sólo se sustituye por otro. Lo ideal es que cuando descubras la señal que activa el hábito que quieres cambiar, elijas una conducta alternativa de la que obtengas una recompensa similar.

Te propongo un ejercicio muy práctico para la siguiente semana. Ten a mano un bolígrafo y un papel y anota cada día que señales cerebrales te llevan a fumar. Algunas de estas señales o detonantes pueden ser por ejemplo:

-Estar aburrido.
-Buscar un momento de desconexión.
-Identificarlo con momentos de esparcimiento social( cuando sales con los amigos, tomas una cerveza,…).
-Estar nervioso, haber tenido una discusión, estar estresado,…
-Como apoyo cuando conoces a alguien nuevo o ante una nueva situación.

Ante estas señales fumas y al hacerlo refuerzas el hábito. Sabes que después de fumar obtendrás una recompensa; una sensación de relax, desconexión, placer,… Un hábito sólo se sustituye con otro. Así que tan pronto como aparezca la señal, ten preparada una acción que te reporte beneficios similares, por ejemplo hacer deporte, escuchar música, darte un baño de agua caliente,…

Motivación y fuerza de voluntad, son indispensables en esta primera etapa. La buena noticia es que cuando hayas logrado instaurar un nuevo hábito más saludable para ti, ya lo realizarás de forma automática.

Los síntomas físicos de abandonar la adicción duran un mes o mes y medio y conocerlos de antemano contribuye a que puedan ser asumidos con menor ansiedad.
Como en toda adicción, al abandonar drásticamente el tabaco se produce un síndrome de abstinencia que cada cual percibe de forma diferente. Los síntomas iniciales son puramente físicos. Conocerlos te ayudará a no bajar la guardia cuando ocurran. El primero de ellos es el “craving” o el deseo incontrolable por una calada. Es una tentación que sólo dura unos segundos, pero que hay que saber vencer.

La abstinencia suele venir también acompañada de otros muchos síntomas, una larga lista que el neumólogo Javier Laparra, de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Donostia, resume en «ansiedad, intranquilidad, irritabilidad, nerviosismo, enfado y mal humor, tristeza y cansancio; además, aumenta el apetito y, consecuentemente, se gana peso, una circunstancia difícil de tolerar; hay trastornos digestivos y estreñimiento, y se producen cambios del sueño que unas veces se traducen en insomnio y otras en somnolencia.

A veces la abstinencia causa cefaleas y no es extraño que produzca cansancio, dificultad de concentración, tristeza e incluso un sentimiento de frustración. Pero a medio y largo plazo los beneficios son inmensos.

Te animo a pasar a la acción y construir la vida que deseas. Recomiendo un proceso de Coaching para dejar de fumar de 8 sesiones a lo largo de tres meses, aunque cada persona es un mundo y por supuesto nos adaptamos a las necesidades y características del cliente. Las sesiones son sesiones semanales durante el primer mes y quincenales durante el segundo y el tercero. En pacientes con un hábito muy arraigado y difícil de superar ofrecemos la posibilidad de introducir en las sesiones hipnosis ericksoniana como refuerzo y complemento al programa.

 

¡No dudes más y comienza ahora tu nueva vida!

Será un placer acompañarte en el camino

Consultas: silquilez@gmail.com/ 620 87 81 21