Seguro que al escuchar esta pregunta te has quedado callada durante unos segundos. Puede que hayas contestado: “nadie, la verdad” o tal vez hayas pensado: “yo misma”.
Y ahí viene mi segunda pregunta: “¿Y te sabes cuidar tu sola?”
Puede parecer una pregunta muy obvia y no lo es. A las mujeres de mi generación no nos han enseñado a cuidarnos. La mayoría de nosotras hemos sido educadas por mujeres que han vivido su madurez durante la era franquista. Durante la dictadura, la mujer dejó de tener los derechos que la Constitución de 1931 le había otorgado, como la igualdad con respecto al hombre y el derecho a voto. Las mujeres casadas no tenían el acceso al mercado laboral. La familia era una jerarquía en la que la mujer estaba supeditada al varón y los hijos a los padres. La mujer era la que se llevaba la peor parte, pues su labor era la de satisfacer a su marido, debía estar guapa para él, complacerle en todo. La revista de la Sección Femenina, liderada por Pilar Primo de Rivera, enseñaba a las mujeres a comportarse, siempre supeditadas al hombre, sin derechos, sin opiniones, solo sumisión.
En la vida doméstica, así eran algunos de los consejos para las esposas: “Habla en tono bajo, relajado y placentero”; “Preocuparte por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa”; “Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos”.
En fin, con estos antecedentes tan recientes en la historia de España no es de extrañar que tengamos que mejorar algún aprendizaje en nuestro cuidado.
Somos cuidadoras universales de todo lo que nos rodea: los hijos, la casa, nuestra pareja, nuestros padres,… Solemos anteponer las necesidades familiares y laborales a las de nosotras mismas. Pero esto no funciona; tarde o temprano si no lo cambias aparecerá la amargura y la desilusión.
¡Así que ponte manos a la obra y toma buena nota de estos consejos!
1- Algunas veces, tienes derecho a se la primera y anteponer tus necesidades a las de los demás.
Es un egoísmo sano y maduro cuyo principio es ‘yo gano y tú ganas’. Para practicarlo es imprescindible aprender a quererse bien, a responsabilizarse de los propios actos y a cultivar lo que se quiere recoger.
2-Tu cuidado debe ser interior; no exterior.
Cuidarse no significa ir a la peluquería ni comprase ropa nueva. Cuidarse implica conocerse y satisfacer tus necesidades más profundas.
3- Prioriza en tu agenda aquellas actividades que te gustan y que tan bien te sientan.
Necesitamos un rato de ocio al día para equilibrarnos así que no te sientas culpable: sal a hacer deporte, da una vuelta con tus amigas, siéntate un rato al sol a leer un buen libro o disfruta de tu serie favorita. ¡Seguro que cargarás las pilas!
4- Nútrete desde el cuidado.
Elige alimentos saludables que te aporten nutrientes y vitaminas que tu cuerpo tanto necesita. Come lo que tu elijas: ese plato tan delicioso en el restaurante, tira las sobras de los niños y no te veas forzada a terminar lo que queda en el plato. Estos hábitos tenían sentido en el pasado pero ahora, en plena epidemia de obesidad, sólo resultan nocivos para la salud.
5- Tienes derecho a sentir lo que te plazca.
Nadie puede decirte como te debes sentir o si es razonable lo que sientes. Ocultar los sentimientos crea una tremenda angustia.
6- Aprende a poner límites a los demás.
Puedes negarte a hacer algo y decir no, sin dar más explicaciones. Cuando cedemos y hacemos algo que no queremos siempre acabamos sientiéndonos mal.
7- Puedes y debes cometer tus propios errores. Equivocarte es la única manera de aprender y de crecer.
8- Si las cosas no te gustan, debes intentar cambiarlas.
En la vida solo se vive una vez. Aceptar la realidad no significa que te resignes a ella. Lo mejor es observarla con ecuanimidad y desde ahí podrás elegir que camino tomar.
9- Tienes derecho a ignorar los consejos de los demás.
Puedes agradecerlos, pero eso no significa que los vayas a seguir. Es tu vida y eres tu quien decides.
10- Puedes no responsabilizarte de los problemas de los demás.
Al igual que tu, ellos son adultos y tienen herramientas para enfrentarse a ellos. No te veas obligada a cargar con problemas que no son tuyos.
Como seguramente ya sabes, ser mujer hoy día no es nada fácil. así que sinceramente espero y deseo que estos consejos te hayan servido de ayuda 🙂
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Silvia Quílez- Health Coach
Coaching para la Salud y el Bienestar