Cuando nos paramos a observar a nuestros amigos, conocidos, familiares y a nosotros mismos es bastante común observar que la gente no cambia y parece que los problemas que tenemos son circulares y vuelven a nuestra vida una y otra vez.

Esto es así porque nos aferramos a lo conocido y utilizamos repetidamente los mismos patrones de pensamiento. Si queremos cambiar nuestra vida, es necesario cambiar nuestra manera de pensar.

Por mucho que digamos, la gente sólo sale de su zona de confort cuando no le queda más remedio. Con frecuencia el cuerpo nos envía señales corporales( tensión, dolores de cabeza, contracturas, dolor de espalda,…) para alertarnos pero, es tal nuestra resistencia al cambio, que solemos ignorarlas.

En mi opinión, hay una palabra y, lo que es peor, un sentimiento, que nos han inculcado desde muy pequeños y nos paraliza: el MIEDO. El miedo reside en nuestra parte más irracional, en el subconsciente y por eso es tan difícil luchar contra él.

El miedo nos mantiene esclavos de nosotros mismos. Como emoción primaria que es, lo mejor es aceptarla y seguir adelante porque si le hacemos caso nos quedaremos enganchados en nuestra zona de confort y ahí nunca pasa nada. Lo cierto es que si sigues en ese trabajo que detestas probablemente tendrás un sueldo a fin de mes( digo probablemente porque es imposible hacer bien un trabajo si no te gusta) pero nunca vas a conocer la satisfacción y el placer de tener un trabajo motivador que te enriquezca y en el que aportes lo mejor de ti mismo. Igualmente si sigues en un matrimonio roto o mantienes una relación que a todas luces no funciona, perderás la oportunidad de vivir relaciones de pareja enriquecedoras, en las que puedas crecer y ser feliz.

Sólo los que se atreven a correr grandes riesgos, consiguen obtener grandes logros.

Además, si quieres que las cosas cambien, el primer paso y más importante es cambiar tu mismo. Cuando tú cambias, todo cambia.

El primer paso del cambio es mirar hacia uno mismo; revisar que creencias y patrones de pensamiento estamos utilizando y empezar a replateárnoslos. Buscar opciones, alternativas y pasar a la acción es el mejor camino para construir la vida que deseas. Abandonar los “yo soy así” por “hasta ahora yo he sido así” y visualizar la vida que queremos construir. Habrá momento difíciles donde nos asalten las dudas y queramos correr a refugiarnos en lo conocido, pero cada vez que logremos cambiar un pensamiento automático, por pequeño que sea, habremos ganado una pequeña batalla y, sin duda, estaremos más cerca de la victoria final.

Céntrate en lo que SI quieres y lucha cada día por estar un poco más cerca. Antes de que te des cuenta estarás viviendo la vida que SI quieres vivir.

                       Recuerda, todo gran viaje empieza por un sólo paso.