​¿Qué nos pasa en vacaciones para volver, en ocasiones, no todo lo satisfechos que imaginábamos? Si no quieres sufrir una decepción este verano y deseas disfrutar de unas merecidas vacaciones, sigue leyendo.

Durante el año contamos ansiosos los días que quedan para poder disfrutar de ellas, pero una vez que llegan a veces no resultan tan maravillosos como habíamos imaginado.

Los conflictos familiares con hijos, cuñados, hermanos y, por supuesto con la pareja aumentan durante esa época. Las estadísticas son claras: durante el verano, que representa el 25% del año, se deciden el 33% de los divorcios, según datos del CGPJ.

Y es que si durante el año, según datos del Instituto Nacional de Estadística, la media de tiempo diario de calidad que compartimos con nuestra familia es de 15 minutos y aún así ya surgen roces y problemas, ¿cómo va a ser fácil convivir durante todo el día?

Los publicistas nos venden, y nosotros compramos, que nuestras vacaciones van a ser maravillosas; en playas de arena blanca y agua cristalina,  comiendo helados a la sombra de las palmeras, disfrutando de comidas familiares entre los pinos, donde todos ríen y reina la paz y la armonía. Por ello, la decepción resulta muchas veces inevitable. Cuando llegamos a ese pequeño apartamento de playa, situado a más de 800 metros del mar( en el mejor de los casos), donde el aire acondicionado, casualmente, se ha estropeado y los niños no paran de llorar y protestar todo el rato, nos sentimos abatidos y desilusionados.

Para evitar sentirte decepcionado en vacaciones hay varias cosas que puedes hacer. Algunos de los pasos para disfrutar de un merecido descanso que nos ayude a reponer fuerzas, descansar, divertirnos y regresar con energías renovadas son los siguientes:

1- Expectativas realistas.  Cuando planifiques y pienses sobre tus vacaciones intenta ser lo más realista posible. Si las expectativas son muy altas y poco realistas, muchas veces el choque con la realidad es inevitable.

2-  Esfuérzate en construir relaciones sólidas y cercanas con tu familia y amigos más íntimos durante todo el año, para que cuando lleguen esos anhelados días donde el  contacto con ellos es tan intenso podáis disfrutar juntos y compartir momentos de calidad.

2- Actitud positiva. Aprende a tomarte las cosas con una actitud positiva, donde no falte el sentido del humor. Tu salud saldrá ganando y tu vida también. Utiliza un sencillo gesto al que puedas recurrir( por ejemplo chasquear los dedos) cuando te des cuenta de que estás siendo negativo. Te ayudará mucho a ir cambiando esta nociva costumbre si eres de los que piensa negativamente.

3- Agradece. Céntrate en que SI tienes, en lugar de estar siempre pensando en lo que no tienes. La sociedad occidental funciona así; con individuos insatisfechos que siempre quieren más. Como dice un antiguo proverbio: “no es más rico el que más tiene, sino quien menos necesita”.  Está demostrado que las cosas materiales aumentan tu felicidad en un plazo muy corto de tiempo, pero una vez que te acostumbras a ellas vuelves a estar igual. En cambio, las pequeñas cosas( un olor, un sabor, una caricia, una sonrisa,…) son la esencia de la vida. No las des por sentado, aprende a valorarlas y a cuidarlas.

4- Deja volar tu imaginación y piensa que te apetece realmente hacer.
​Aparte de las vacaciones tradicionales de mar o montaña, hay otras formas de utilizar el tiempo libre que puedes valorar y resultan tremendamente enriquecedoras. Por ejemplo, aprovechar para hacer ese curso que te apetece pero nunca has podido hacer por falta de tiempo, ayudar en una ONG, aprender un idioma, empezar a tocar un instrumento,…

4- Construye durante todo el año una vida más satisfactoria. Si estás más contento con tu día a día, estarás más relajado en vacaciones y  las verás como una oportunidad de romper con la rutina y reconectar contigo mismo y con los demás

5- Aprovecha el tiempo libre para redirigir tu vida. Reflexiona sobre tu vida actual y sobre el camino que lleva tu vida, cambia lo que SI puedes/quieres cambiar y acepta lo que no puedas. La labor de un Coach profesional puede ayudarte en este cambio. Recuerda, es tu responsabilidad vivir con plenitud, como bien sabes, los días que pasan no volverán.

6- Atención plena. La mente es dispersa, pasa del pasado al futuro en cuestión de segundos. Requiere disciplina y voluntad aprender a disfrutar del momento presente, estar Aquí y Ahora. El Mindfulness y la Meditación budista te ayudarán a conseguirlo. Acuérdate de echar un buen libro de Mindfulness en la maleta y empieza a practicarlo en cuanto llegues a tu destino.

Será un placer acompañarte en el camino

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