Resulta desesperante tratar de perder peso y no conseguirlo. Lo sé por experiencia propia. Y más cuando necesitamos saber cómo adelgazar rápido porque tenemos algún evento u ocasión especial.

Deseamos conocer todas las recetas para adelgazar, cómo podemos perder peso lo más rápidamente posible y cómo recuperar nuestra figura en tiempo record. Y en cambio, no lo conseguimos o incluso engordamos más y más.

Cuando empiezo a trabajar con un cliente para ayudarle a conseguir su peso ideal, me doy cuenta que muchas veces la clave no consiste en saber que debemos comer (la mayoría de ellos lo saben), si no en descubrir cuales son los errores nutricionales en los que están incurriendo para poder corregirlos.

La publicidad y la industria alimentaria no nos lo pone fácil: hay productos que “nos venden” como sanos que no lo son en absoluto.

Si quieres adelgazar y buscas cambiar hábitos alimenticios, únete a mi Reto para Adelgazar 3 kg en 2 semanas: https://silviaquilez.com/adelgazar-en-2-semanas-reto-mental/. Aprenderás, te divertirás y sobre todo lograrás tu objetivo 🙂

En este artículo voy a descubrirte los principales mitos y errores nutricionales en los que puedes estar incurriendo sin saberlo para que puedas lograr tu objetivo:

¡Cambia hábitos y pierde peso de manera definitiva!

 

 

7 errores nutricionales en los que puedes estar incurriendo sin saberlo:

1– Abusar de los yogures:

Según un estudio publicado por la prestigiosa “British Medical Journal”, el yogur , un alimento percibido como saludable, podría ser una fuente no reconocida de azúcar en la dieta. 

Esto es particularmente grave en los yogures orgánicos analizados, ya que son percibidos como opciones saludables y paradójicamente se encuentran entre los que más azúcar tienen, alcanzando los 13.1 gramos por cada 100 gramos de yogur.

Así que no lo dudes: siempre es una opción mucho más saludable una fruta que un yogur de postre 🙂

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2– Los cereales de desayuno:

Gracias a la fuerte presión publicitaria, los cereales de desayuno( si, esos que venden en atractivas cajas de cartón en los super mercados) han conseguido posicionarse como uno de nuestros productos favoritos para desayunar y creemos que son saludables. Pero, ¡cuidado! Están repletos de azúcar y almidón y faltos de proteínas. Por eso, no son un alimento saludable ni de lejos. No hay más que mirar su composición:

Los cereales de desayuno son hidratos de carbono complejos que aportan energía al organismo. La gran mayoría son híper calóricos, ultraprocesados y tienen una gran cantidad de azúcar añadido. Y los que no llevan azúcar añadido están tan refinados que, a nivel fisiológico, son prácticamente iguales que el azúcar.

Los únicos cereales que son recomendables son los copos de avena y de centeno integrales. De no ser auténticos es mejor obtener la glucosa que necesitamos para arrancar el día de las frutas, los frutos secos y las verduras.

 

¡Renuncia a ellos y siente como tu barriguita y tu salud mejoran!

 

 

3– Tomar leche desnatada:

La leche tiene 3,8 de grasa por cada 100 g. Desnatar la leche es quitarle la grasa reduciéndola a 3 g. Por tanto, no se produce una gran reducción de calorías pero en cambio pierde en el proceso gran parte de las vitaminas y de la capacidad saciante.

Si quieres consumir leche, es mejor hacerlo de la pasteurizada(leche fresca) que UHT o esterilizada, ya que conserva muchos más nutrientes y está mucho más rica.

 

 

4– Tomar refrescos “light”:

Las investigaciones sugieren que estas alternativas suelen disparar la sensación de hambre entre aquellos que las consumen.

La explicación se basa en la gran cantidad de edulcorantes que tiene estas bebidas y su sabor tan dulce, tanto que hace que en nuestro organismo se activen los mecanismos para responder a la llegada del azúcar con una gran producción de insulina, lo cual dispara la sensación de hambre y terminamos comiendo más en las siguientes comidas.

Según un estudio publicado en Journal of the American Geriatrics Society, las personas que consumen frecuentemente refrescos de dieta, ganan hasta 3 veces más grasa abdominal en un periodo de 9 años, en comparación con las que no las beben.

 

5– Tomar alimentos 0% materia grasa:

El término 0% en materia grasa hace referencia al nulo contenido en grasa, pero no hace referencia al contenido en azúcar, sal o almidón.

Además estos alimentos son más calóricos, considerando que 1 gramo de grasa produce 9 kilocalorías, mientras que1 gramo de azúcar produce 4 kilocalorías. 

Una menor cantidad de grasa no implica que el producto sea más saludable. ¡No te fíes!

 

 

6– Consumir alimentos sanos pero muy calóricos:

Las nueces, el salmón, el aguacate,…son alimentos sanísimos pero si estas tratando de reducir peso debes tomarlos con mucha moderación. ¡No te pases de la raya!

 

 

7– Falta de fibra en tu dieta:

Agregar suficiente fibra a tu comida puede ayudarte a reducir tu apetito al saciarte.

La fibra también ayuda a perder peso al hacer que el cuerpo absorba menos calorías de otros alimentos. Los estudios demuestran que duplicar la ingesta diaria de fibra puede resultar en la absorción de hasta 130 calorías menos. Puedes agregar fibra a tus alimentos haciendo pequeños cambios en tu dieta, como elegir pan integral en lugar de pan blanco normal.

Conseguir un pan integral no es nada fácil. Ignora las declaraciones “rico en fibra” o “integral” y ve directamente a mirar los ingredientes. Es crucial que el primer ingrediente que aparece sea “integral” o “de grano entero”, independientemente del cereal que sea.

Ten en cuenta que  “fuente de fibra” significa que tiene 3 g. de fibra por cada 100 g de producto y “alto contenido en fibra” garantiza sólo 6 g.

¡Así que, sé listo y mira siempre el etiquetado!

 

 

Artículo escrito por Silvia Quílez, Coach de Salud y Bienestar

https://silviaquilez.com/

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