SUPONGO que si estás leyendo este artículo es porque llevas mucho tiempo preocupada por adelgazar. Habrás hecho miles de dietas pero al final siempre terminas recuperando el peso perdido(a veces incluso algún kilo más). Buscas en internet información, te sabes las últimas tendencias en dietas, has probado miles de productos,…y nada parece funcionar.
Este no es un post más. Lo que quiero es que, por fin, descubras que debes hacer para transformarte en una mujer sana y delgada sin esfuerzo.
Quiero compartir contigo mi secreto y lo hago porque yo una vez estuve donde estás tú ahora y nadie me ayudó. Sinceramente, nadie me podía comprender. ¿Cómo iban a hacerlo si no me entendía ni yo misma? Por eso ahora me dedico a ayudar a mujeres que están en la misma situación que yo estuve. Les ofrezco todos los aprendizajes que yo he acumulado durante años y que me han hecho convertirme en una mujer sana y delgada.
En la actualidad, a pesar de haber pasado por tres embarazos y estar en plena premenopausia, peso 51 kg y el tema de engordar no me preocupa en absoluto. No tengo ligadas las emociones a la comida. Si estoy triste o enfadada (que a veces lo estoy) no me da por comer, en absoluto. Disfruto de la comida, con calma y elijo los alimentos mejores para mí en cada momento.
Pero no siempre fue así. Hubo una época de mi vida, quizá demasiado larga, en la que estaba muy preocupada con la comida y cuanto más quería adelgazar y más me obsesionaba con las dietas, más engordaba. No sabía cómo salir de ahí. Cada lunes comenzaba un régimen distinto y cada jueves lo rompía. Así semana tras semana. Y la báscula iba subiendo. Estaba desesperada.
Por fin un día mi vida empezó a cambiar. ¿Sabías que en japonés la palabra “crisis” significa oportunidad? Eso fue lo que me pasó a mí. Estaba cansada, agobiada y realmente quería salir de esa situación y comenzar a llevar una vida normal, sin dietas y sin estar siempre preocupada con la comida.
Aproveché la necesidad de querer hacer un cambio en mi vida para obtener una motivación extra y me abrí a nuevas formas de entender mi relación con la comida.
En aquel tiempo conocí a una persona que me enseñó a disfrutar de la comida sin sentirme culpable e introduje nuevas actividades en mi vida que me enriquecieron enormemente. Poco a poco, la comida fue ocupando el lugar que le correspondía y yo empecé a vivir mucho más relajada y feliz. Además, mi cuerpo empezó a cambiar y al fin pude ver los cambios que tanto deseaba.
Por eso quiero compartir contigo los 7 secretos para cambiar tu relación con la comida definitivamente:
1- Tómatelo con calma.
Cómo dice el refranero español: “Si quieres ir rápido, ve despacio”. Y es que querer desesperadamente adelgazar no funciona. Te lleva a obsesionarte más y más con las dietas y la comida y al final acabas comiendo de más. Olvídate de la báscula y come siempre pensando en cuales son los alimentos más sanos y mejores para tu salud. ¡Antes de que te des cuenta empezarás a ver los resultados!.
2- Recuerda que la virtud está en el término medio.
Sé flexible. Las personalidades rígidas y extremistas causan mucho sufrimiento. Existen los grises. Ver las cosas como blancas o negras, buenas o malas, permitidas o prohibidas, nos lleva a caer en los extremos, no dándonos cuenta de que son los dos extremos de un continuo. El patrón “hoy no como nada”, nos lleva a comernos “todo” otro día. La flexibilidad te ayudará a quedarte en las mitades y avanzar.
3- Come con sentido común y olvídate de “soluciones milagrosas”.
Las barritas adelgazante, las pastillas mágicas o las dietas drásticas, sólo te harán perder el tiempo, la salud y el dinero. No escuches a gente poco cualificada y mucho menos te dejes aconsejar por ellos. Existen multitud de tiendas y de productos que prometen ser efectivos. Utilizan publicidad engañosa y si decides confiar en ellos, aunque funcionen a corto plazo en poco tiempo volverás a recuperar el peso.
4- Cuando te encuentres mal no busques consuelo en la comida.
Muchas veces la vida nos plantea problemas y desafíos que no sabemos cómo enfrentar. Es normal querer mirar hacia otro lado y buscar consuelo en la comida pero solo enfrentándonos con valentía a nuestros problemas podremos solucionarlos. Sé que es duro y que cuesta mucho; por eso cuando nos sentimos angustiadas, preocupadas o nerviosas, la comida actúa como válvula de escape. Por desgracia, solo sentiremos alivio durante unos minutos y después nos sentiremos aún peor.
5- Si necesitas salir de una situación complicada pide ayuda.
Francamente, si tu sola no has podido resolver un problema en un tiempo razonable, quizá una mirada profesional te ayude a enfocarlo de otra manera. Cada uno de nosotros nos decimos lo mismo cada día y muchas veces terminamos pensando en bucle. Busca a alguien que te aporte un soplo de aire fresco a tu vida y te abra nuevos caminos.
6- Enriquece tu vida.
Muchas veces la comida tapa un vacío existencial. Si sentimos que llevamos una vida pobre y aburrida, buscaremos consuelo en la comida. ¿El mejor antídoto? Llenar tus días de actividades y planes divertidos. Apúntate a ese curso que siempre te ha apetecido o retoma esa actividad que hacías de pequeña. Antes de que te des cuenta estarás gratamente “enganchada”.
7- Aprende a relajarte.
La impulsividad y el estrés son dos caminos directos para terminar comiendo por ansiedad. Aprender a relajarte y a desconectar es fundamental. Según estudios científicos, la terapia de Mindfulness o Atención Plena ayuda a reducir la ansiedad por la comida. ¡Pruébalo! ¡Realmente funciona!
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“Será un placer acompañarte en el camino”