Es un error común culparnos a nosotros mismos cuando una relación no se consolida.

​La realidad es que las relaciones dependen de dos personas y son dos los que deben de estar dispuestos a avanzar en una relación. No hay nada que puedas hacer (o dejar de hacer) para lograrlo si la otra persona no se implica.

Vivimos en una época de “consumismo emocional”. Hoy más que nunca las relaciones son rápidas, pasajeras, de usar y tirar y el sexo se banaliza hasta muchas veces no ser más que una masturbación compartida. Por supuesto que no me refiero a matrimonios ni parejas estables, si no más bien a aquellas que se establecen de forma casual. La palabra compromiso, tan valorada en relaciones profesionales y humanas, se convierte en un tabú. Queremos beneficiarnos de todo lo bueno que alguien nos puede aportar sin hacer ninguna concesión y sin comprometernos lo más mínimo. Muchas veces dudamos hasta de hacer una llamada…¿y si le/la agobiamos? ¿ qué pensará?

La pregunta es, ¿por qué algunas personas son adictas a este tipo de relaciones? ¿por qué no buscan vínculos más sanos y duraderos? En gran parte es por una cultura del Aquí y Ahora mal entendida. Aquí si y Ahora si y si además tus relaciones son de calidad, llenas de ternura, afecto, cariño, entrega y generosidad tu Aquí y Ahora se va a ver engrandecido.

Dejando a parte consideraciones religiosas, está científicamente comprobado que el sexo ayuda a crear vínculos entre las parejas ya que durante el mismo se produce una explosión de hormonas en nuestro cerebro. En el transcurso del orgasmo, la oxitocina estimula la circulación del esperma y la contracción de la musculatura pelviana femenina con el objetivo doble de causar placer y asegurar la reproducción. El buen humor, la risa y los pensamientos positivos aparecen en gran medida por la liberación de esta hormona.
La respiración se acelera y un sudor casi imperceptible aparece ingles y axilas. El mismo cerebro reclama, vía actividad de las cortezas pre-frontales, un cierto de control y, entonces, empezamos a segregar endorfinas y encefalinas, que producen una sensación de paz, calma y seguridad.

Sabiendo esto, ¿es posible ser “follamigos” sin que nadie resulte herido? Permitidme que lo dude…

Además, no podemos pretender que estas relaciones establecidas como de usar y tirar nos produzcan una gran satisfacción medio o largo plazo.

Abogo por la amistad, el compromiso, la libertad y el respeto y, al igual que nos damos perfecta cuenta de como el tiempo compartido enriquece una relación de amistad, ¿por qué no queremos reconocer que también lo hace en las relaciones de pareja? Si conoces a las personas poco a poco y  sin dejarte cegar por su belleza exterior o por sus bienes, la base para construir algo que merezca la pena aumentan.

Creo que muchas veces detrás de estas relaciones pasajeras hay una baja autoestima y miedo. Baja autoestima por aceptar relaciones que no nos satisfacen y que no nos merecemos. Todos merecemos Amor, con mayúsculas. Y miedo a que pasará si me entrego, si me vuelvo vulnerable, si confío,…Aunque parezca lo contrario, esto es vivir a medias. Lucha, ama, entrégate, vive. Y si sale mal seguro que tienes suficientes recursos para salir adelante.

Otro caso es el de las personas que establecen vínculos emocionales fuertes en muchas áreas de su vida pero que no saben( o no quieren) comprometerse en el amor. Los vínculos y los apegos se forman a una edad muy temprana, cuando somos bebes. Necesitamos personas de confianza con las que sentirnos seguros y protegidos y cuando no las tenemos o estos pilares se tambalean no podemos construir vínculos emocionales sanos y estables.

Por otra parte, el currículum emocional de una persona te da información para saber cómo se va a comportar en el futuro. ¿Se puede cambiar?  ¡Por supuesto! Pero con trabajo y dedicación y con el firme convencimiento( suyo, no tuyo) de querer hacerlo.

Por último, una breve reflexión a la frase: “Quiero estar solo/a”. Me parece fantástico y es digna de todo mi respeto. Pero no aquellos que proclaman querer estar solos y en cambio están siempre enredados con unos y con otros,  ¿a quién pretenden engañar? Si quieres estar solo estupendo. Sé consecuente. Y si no, no lo estés. Pero las verdades a medias sólo te llevarán a lastimarte a ti, a otros y a vivir una vida a medias.

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