No me gusta esta moda de etiquetar a las personas. En las librerías aparecen continuamente nuevos best sellers y la gente de a pie enseguida se cree lo que lee.
“Hay que alejarse de la gente tóxica”, “¡Cuidado! es una persona que resta energía”.

Sin darse cuenta de que las personas somos seres complejos, únicos y valiosos y TODOS nos merecemos respeto. Respeto y dar a cada persona la oportunidad de conocerla sin juzgarla de antemano o en los primeros minutos. Según las investigaciones, en tan sólo 7 segundos nos hacemos una idea bastante aproximada de quien tenemos delante. Esto ,que podía ser muy útil para huir del peligro en la Prehistoria, no es nada certero. Nuestro cerebro juzga a la persona que tiene en frente según experiencias pasadas o una información muy reducida de experiencias anteriores y generaliza al resto de personas en apariencia similares.

Es nuestro cerebro más antiguo, el reptiliano, el que se encarga de esta tarea. Pero, si ya no somos reptiles y estamos “muy evolucionados” (presumiblemente), ¿no deberíamos pensar de forma diferente? En mi opinión, si.

​Como dijo sabiamente Albert Einstein “Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su capacidad para subir árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”.

En lugar de eso, defiendo lo contrario: centrémonos en nosotros mismos, en como podemos enriquecer a los demás y que les podemos aportar. Si todos lo hiciéramos el mundo sería, sin duda, un lugar mejor…

Prefiero centrarme en lo positivo de las personas. Los ingleses lo llaman Positive Reinforcement. O lo que es lo mismo Refuerzo Positivo. En los equipos es lo que mejor funciona: tomar de cada persona sus cualidades positivas para enriquecer al grupo, teniendo en cuenta, que cuanto más diferentes sean más exitoso será el equipo. Si te paras, miras y  escuchas a las personas siempre descubres algo que las hace especiales.

Cada persona tiene una riqueza, un don particular que la hace única, diferente. Puede que esté atravesando una mala racha o una situación personal complicada, pero si las apoyas saldrán adelante.

Creo firmemente que si en las oficinas, clubes, etc…todos tratáramos a nuestros colegas o compañeros con AMOR todos saldríamos ganando. Y no es un pensamiento altruista, al contrario. Nosotros mismos nos veríamos beneficiados de un mejor ambiente y una competitividad sana.

Ahora que se acerca la Navidad y los propósitos de Año Nuevo, en vez de tanto regalo material, os invito a  haceros este regalo a vosotros mismos y a los demás….